Entropías
Gustavo A. Dominguez Ojalvo – clarinetes / Pedro Rojas Ogáyar – guitarra
Espacio Turina. Sala Silvio, 20:30 horas
ENTROPÍAS
Programa
- Helmut Lachenmann (1935 – ), Dal Niente
- Francisco Guerrero Marín (1951 – 1997), Ramas para guitarra
- Improvisación de clarinete bajo
- Tristan Murail (1947 – ), Tellur para guitarra
- Wei Chieh Lin (1983 – ), OM para clarinete bajo y guitarra
- Nuria Núñez (1980 – ), OCNOS
Entropías
El término griego ἐντροπία y significa evolución o transformación. El concepto físico de Entropía se origina al percibirse una dispersión o pérdida de energía útil en las reacciones de combustión de los primeros motores. La investigación de estas pérdidas dieron lugar al concepto que define la irreversibilidad de los procesos termodinámicos.
También mide el desorden o aleatoriedad (y la tendencia al orden) de un sistema, cuya entropía será mayor cuanto más probable sea su organización. Es decir, los sistemas con una organización improbable, tenderán a intercambiar energía hasta alcanzar un estado más probable. Los procesos termodinámicos reales son irreversibles, pues siempre hace falta una energía mayor al trabajo que produce, debido a la dispersión en el medio, por lo que el universo siempre evoluciona hacia un grado mayor de entropía, hacía el equilibrio termodinámico del universo, definiendo un sentido único del tiempo.
Los problemas de la creación musical son considerablemente paralelos a estos temas: flujo temporal, orden y desorden, equilibro, energía. Son temas que cualquier compositor pos-vanguardias se plantea, por encima incluso de los parámetros tradicionales del sonido. Este programa se articula en torno a dos obras dedicadas a Proyecto OCNOS, junto a representantes de las principales tendencias compositivas europeas de la segunda mitad del s.XX.
En este programa, la consideración del propio instrumento y de sus ruidos asociados pasan de ser una eventualidad molesta que se ha de ignorar a un primer plano en la escucha.
Ocnos, cuyo nombre utilizó Cernuda para su poemario sobre lugares de Sevilla, es un misterioso habitante del Hades que pasa la eternidad trenzando una cuerda de juncos que su asno devora en el acto. Símbolo de lo efímero, y de lo in-útil, la trenza de Ocnos establece una perfecta analogía con el arte, que no sirve a ningún propósito más que a sí mismo; y particularmente con la música que, como la cuerda, desaparece inmediatamente tras ser creada.
Desde Proyecto OCNOS creemos que el paradigma de la música clásica está cambiando, y que en estas circunstancias el intérprete tiene una gran responsabilidad y está llamado a cumplir un papel fundamental en la tarea de definir el papel de la música en el nuevo siglo a través de su difusión y del acercamiento al público más diverso, además de establecer una estrecha relación con los compositores actuales.
Proyecto OCNOS surge a principios de 2014 como iniciativa de los músicos Pedro Rojas Ogáyar y Gustavo A. Domínguez Ojalvo, y desde su fundación han realizado conciertos y participado en festivales por toda la geografía nacional.