23 enero 2021 – Rioja Filarmonía (La Rioja)

-RITUAL-

Dirección y coordinación: Jorge Nicolás Manrique
Espacio Turina. Sala Juan de Mairena, 16:00 horas

Este programa tiene como principal fundamento la relación existente entre la obra, los intérpretes y el público.

A lo largo de la Historia de la Música, ha sido inconcebible entender los unos sin los otros… hasta ahora. ¿Qué ocurre si la obra no necesita intérpretes?

Las nuevas tecnologías nos permiten crear obras que sean capaces de interpretarse o reproducirse de manera autónoma, como las de formato audiovisual, las que recurren a cintas electromagnéticas u otras en las que se manipulan distintos efectos electrónicos generados previamente por ordenador. Y si los intérpretes son los únicos que escuchan la obra, ¿Cuál es la reacción del público?

Todas estas situaciones tienen lugar en – RITUAL –, un concierto único en el panorama nacional de la Música Contemporánea.

Programa

CATHY VAN ECK – Empty Chairs (2018) – 4’
tres sillas, sensores, electrónica en vivo, un intérprete

SIRAH MARTÍNEZ ÁLVAREZ – Chef d’enceintes* (2017) – 9’
un intérprete, electrónica

FRANÇOIS SARHAN – Situation 15 “Macht und Freiheit” (2016) – 5’
tres intérpretes, varios objetos

JESSIE MARINO – Commitment :: Ritual I :: BiiM (2011) – 5’
percusionista, luces y audio-tape

CAROLYN CHEN – Adagio (2009) – 7’
tres intérpretes

LAURA CASAPONSA – Deshabitades (2016) – 5’ 27’’
Video, electrónica

*Estreno en España

Intérpretes

Jorge Nicolás Manrique, piano y electrónica
Iker Idoate Santaolalla, percusión
Rubén Orio, percusión

Notas al programa

Si un ritual se define como aquello que constituye un rito, y un rito como una costumbre o acto que se repite siempre de forma invariable, podríamos decir que cada concierto al que asistimos constituye un ritual en el que una serie de códigos se repiten, muchas veces sin darnos cuenta. 

Cada una de las obras de este concierto que Rioja Filarmonía hoy nos presenta, pretende poner el énfasis en alguno de esos códigos, aislándolo de su contexto general para crear todo un discurso performativo a su alrededor de muy diversas formas: poético, ingenioso, enigmático e incluso divertido o jocoso.

Podríamos empezar con el Adagio de Carolyn Chen, donde la gestualidad de la cara del intérprete pasa a ser el centro de la obra. Viene a la cabeza el relato del escritor uruguayo Mario Benedetti, La Expresión: «…se olvidó para siempre de todos los nocturnos, preludios y sonatas que habían figurado en su amplio repertorio. Lo asombroso, lo realmente asombroso, fue que no olvidará ninguno de los gestos ampulosos y afectados que acompañaban cada una de sus interpretaciones. Nunca más pudo dar un concierto de piano, pero hay algo que le sirve de consuelo. Todavía hoy, en las noches de los sábados, los amigos más fieles concurren a su casa para asistir a un mudo recital de sus «expresiones»…».

En la segunda de las obras del concierto, la compositora catalana Sirah Martínez Álvarez titula a su obra Chef d’enceintes (director de altavoces). Con ello se entiende que el director, pensado como un director de orquesta, dirige unos altavoces colocados alrededor de los asistentes, y para ello invierte su posición habitual situándolo frente al público. Con esta nueva dimensión espacial y visual, el director no solo dirige a los altavoces, sino que también crea una situación inmersiva donde el espectador se siente dentro del gesto musical.

Y en relación al gesto musical, el compositor francés François Sarhan lo aborda de una manera muy inteligente en su obra Situation 15, evidenciando la dualidad de éste: el gesto musical y el gesto no musical. Qué mejor que él mismo para que nos hable de este tópico tan importante en su música: «El gesto está estrictamente controlado en la formación del músico. Cuanto más virtuoso es un artista, más controlado es su gesto. Muchos de estos gestos son parásitos, y esos son los que me interesan, porque no son nobles (es muy importante trabajar con las «sobras» del arte). No me interesa el gesto en general, me interesa el gesto no-musical, para hacerlo parte de la obra por su proximidad con el gesto musical. El material gestual realza el efecto musical, y ese es un tema muy complejo. Es posiblemente mi cuestión más importante (de la cual soy un principiante), tan importante como la manera en que el texto o el lenguaje se fusiona con la música, o cómo la música se fusiona con las imágenes, porque tiene más peso que una simple experiencia sonora, una experiencia visual, una comprensión, etc… El potencial es enorme».

Sin seguir el orden del concierto al elaborar estas notas de programa, pasamos a hablar de la obra que lo abre: Empty Chairs de Cathy van Eck. Un trío de sillas que “hablan” por ellas mismas a partir de un elaborado sistema de geolocalización. La posición de cada silla en el escenario y su relación entre ellas es un aspecto crucial para el resultado sonoro de la obra. Algo muy poético reside en las sillas, el sustento que acompaña al espectador durante todo el concierto pasa a ser el motor sonoro.

En la obra que comparte nombre con la propuesta de concierto, Jessie Marino centra toda su atención en un beat -¿o bit?- de caja. Esto genera un aura entre violencia y solemnidad que nos recuerda a ciertas celebraciones muy arraigadas en nuestra cultura. Sin embargo, esa percepción irá mudando a lo largo de toda la pieza; así como a la vuelta de un largo viaje, las calles son iguales pero ya no se ven de la misma manera.

Por último, Rioja Filarmonía presenta el trabajo audiovisual de Laura Casaponsa, Deshabitades, una obra en la que la presencia corporal pasa a otra dimensión, desapareciendo en otro medio, en el vídeo, cerrando así este ritual llamado concierto.

Rioja Filarmonía

Inició su actividad en el año 2014 con un claro objetivo: promover y difundir la expresión artística de una nueva generación de músicos y artistas compuesta fundamentalmente por jóvenes profesionales. Desde un punto de vista interdisciplinar, Rioja Filarmonía da cabida a estos nuevos talentos formados por conservatorios y universidades de ámbito nacional e internacional.

Para conseguir sus objetivos, la entidad desarrolla diferentes proyectos: se organizan recitales y conciertos en los que los intérpretes riojanos muestran y comparten sus grandes capacidades con la sociedad; se difunde el patrimonio musical y cultural a través de mesas redondas, conferencias, festivales de música, etc. También se da importancia a la investigación musical y a la creación, promoviendo la participación de compositores, musicólogos y otros intelectuales. Todas estas acciones se llevan a cabo con la participación de los intérpretes inscritos en la bolsa de instrumentistas de Rioja Filarmonía y con la colaboración de otras entidades, grupos y estudiosos.

Desde el año 2015, Rioja Filarmonía organiza, además, el Festival de Música Contemporánea de La Rioja, en el que han participado prestigiosas agrupaciones nacionales e internacionales como Taller Sonoro, la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza ‘Grupo Enigma’ – OCAZEnigma, Ensemble Sinkro, ÁniMa Duo y en el que han intervenido compositores como Israel L. Estelche. Todo esto ha permitido que Rioja Filarmonía haya participado en importantes encuentros y festivales como el Festival Bernaola (Vitoria), las Jornadas de Música Contemporánea Española (Zaragoza), el Festival Músiques de Nova Creació (Valencia) o el Festival de Encuentros Sonoros (Sevilla). En la presente gira, además, participan por primera vez en “Phona” – Cicle de Noves Músiques de Mallorca.

Este ambicioso proyecto, que necesita de la colaboración y participación de un gran número de personas, tiene un formato colaborativo a modo de ‘mecenazgo’, en el que participan profesionales de la música, estudiantes, aficionados, melómanos, etc. Por esta razón, invitamos a todos aquellos que lo deseen a interesarse por Rioja Filarmonía y las distintas actividades que se realizan a lo largo del año.

La entidad está presidida por Eduardo Chávarri Alonso y la Dirección Artística corre a cargo de Jorge Nicolás Manrique.